Continuando con la saga amorosa de estos días, les comento que el todos llevamos agua a nuestros molinos, así por ejemplo, en todas (todas) las estaciones del metro, te venden flores, dulces dizque elegantes con envolturas doradas a precios exorbitantes; estampitas desde "te quiero", hasta "te quiero un chingo".
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No falta el loco enamorado que además de comprar las tarjetitas arriba mencionadas, le lleva el último disco de LuisMi - ese de las canciones navideñas - en febrero, ese jovenzazo si que esta enamorado, pues nos se ha dado cuenta de que ya se lo regalaron - su competencia (o rival) - en diciembre justo cuando salio el mentado disco, pero bueno ojos que no ven corazón que no siente, y a la mejor esta vez, durante la comida en ese restaurante italiano de postín y tras una comilona y al final con un café con amareto y una rebanadota de tartufo (un pastel de chocolate hipercalórico, igual que delicioso) - la chica en cuestión - mareada de tanta alimentación, le diga que si a su corazón (el del chavo).
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De tanta disertación casi olvido el propósito de este "poste". El caso es que en el sitio donde laboro, montaron una exposición de esculturas de muy buen ver, y esta que no recuerdo su titulo esta a la entrada del CMN. Inicialmente iba a estar en la nota del 14 de febrero, pero como me pareció injusto dejarla fuera del blog, ahora se las muestro. La obra es de Jose Sacal.